lunes, 30 de diciembre de 2013

...Y Christmas Markets

El sábado pasado amaneció despejado y la previsión del tiempo decía que iba a ser un día estupendo, así que decidimos ir a dar una vuelta por algunos mercadillos navideños. En Londres hay unos cuantos y no están muy cerca unos de otros, pero nos las apañamos para pasar por tres de los que más nos habían recomendado.

Primero nos acercamos a Somerset House, que es un centro cultural que funciona todo el año y aloja su propia versión del mercadillo navideño, el Christmas Arcade, entre el 14 de noviembre y el 5 de enero. El sitio es bastante bonito, hasta tiene pista de patinaje sobre hielo:


También es bastante posh, no hay más que ver el pasillo. Las tiendas estaban en las habitaciones que había a cada lado:


No iba con idea de comprar nada porque ya sabía que el sitio no es precisamente barato, pero nos llevamos una sorpresa al ver que ya estaban de rebajas, así que me hice con un sombrero de pelo muy calentito y unos dulces, ambas cosas a muy buen precio.

De allí subimos a comer a un sitio que conocemos cerca de Covent Garden, lo que me dio la oportunidad de fotografiar el ambiente y la animación que hay en la zona en estas fechas. Ojo al arbolito navideño, que es igual que la miniatura que suelo poner en el recibidor, aunque un pelín más grande:


Al fondo, a la derecha del árbol, se ve la parte superior del que ha resultado ser el primer super-sized LEGO Snow Globe. Poner una foto es más fácil que describirlo:


Básicamente, es un globo gigante que contiene réplicas de LEGO de 14 de los monumentos más conocidos de Londres, incluyendo el Gherkin, la catedral de St. Paul y el London Eye. Está dividido en dos mitades para que se pueda pasar por dentro. Es espectacular, sobre todo cuando lees en el cartel que hay al lado que es obra de una sola persona. Casi nada.

Después de comer, y aprovechando que aún era bastante pronto, decidimos ir a Kew Gardens para ver su Christmas Village. Este abre sobre las cuatro y media de la tarde, y llegamos con una hora de margen (pese a que fuimos en dos autobuses y pillamos un atasco considerable), así que pudimos comprobar de primera mano que por estos lares aunque haga muy buen día, cuando se va el sol hace un frío de narices. Al menos las atracciones infantiles estaban abiertas, lo que me permitió sacar esta foto del tobogán cuando aún había luz de día:


Igual en la foto no se aprecia, pero el cartel listaba como propietario a "MJ KE RULE", que a nosotros nos sonó más a rapero que a dueño de feria. Juas.

Finalmente, cuando estaba punto de quedarme pajarito del frío, abrieron las casetas del mercadillo y pude sacar esta foto:


Lamento decir que no hice mucho más, porque aunque el sitio es muy bonito, la mayoría de las casetas vendían salchichas, pavo a la brasa y vino especiado, y eran pocas las que tenían regalos y objetos de artesanía. Además lo que les quedaba no era demasiado interesante, igual es porque pasado el 25 de diciembre ya no ponen demasiado interés. El caso es que no nos apetecían salchichas en ese momento, así que nos marchamos a buscar un sitio donde tomar un té y entrar en calor. Pero vaya, el día estuvo bien :)



miércoles, 25 de diciembre de 2013

Christmas...

...o lo que es lo mismo, Navidad. O las Saturnales, como me recordaba Víctor hace poco. El caso es que estamos en esa  época del año que durante mucho tiempo me ha tocado bastante las narices, quizá por llevar la contraria a eso de que hay que estar contento todo el tiempo y ponerse morado. Pero dado que ésta iba a ser mi primera Navidad en UK decidí intentar ver esta estación con otros ojos, aprovechando que aquí la gente le da mucha importancia y se esfuerza por levantarte el ánimo si te ve decaido. Un compañero casi me echó la bronca cuando comenté que en esta época tiendo a ponerme triste, y para animarme me regaló chocolate negro amargo de narices, del que más me gusta. Este chaval es un cielo :)

Así que estos días me he dedicado cuando he podido a pasear por Londres y sacar fotos del ambiente navideño que se vive por aquí. Me hubiera gustado hacer más, y de hecho ayer teníamos previsto pasar por un mercadillo típico que tiene fama de ser muy bonito, pero el mal tiempo nos hizo cambiar de planes y acabamos en el RAF Museum. Que estuvo muy interesante, por cierto, pero de eso ya hablaré otro día. El caso es que aquí tenéis las fotos que he ido sacando, y si puedo hacer alguna más en los días que quedan ya la pondré por aquí.

Las primeras fotos son de las luces navideñas en Regents y Carnaby St. En realidad hay luces por todo el centro de Londres, pero estas son las que más me gustaron:




En Carnaby St. han elegido llenarlo todo de petirrojos, que aquí representan la Navidad. Estaban por todas partes, así que yo me sentía como en casa, jeje. Aunque las luces más espectaculares que he visto son las de Regents St., que toman como tema la canción navideña The Twelve Days of Christmas. Cada juego de luces representaba uno de los versos de la canción, en la foto del medio se ven los Four Calling Birds  y al fondo Three French Hens, mientras que en la foto de abajo los Six Geese a-Laying  y Five Gold Rings. Incluso de día son muy bonitas. En esta última foto también se pueden ver las colas de gente para entrar en la famosa juguetería Hamleys, que lleva ahí desde 1760 y en estos días debe de hacer caja para todo el año.

Además de ir a ver las luces al centro, mis compañeros del trabajo me recomendaron pasar a ver los escaparates de Selfridges, que son una tradición en sí mismos. Lo malo es que sólo los vi desde el bus, así que no tengo ninguna foto decente, aunque al menos en esta se aprecia el trabajo que se han tomado al prepararlos:


Ese día iba camino de Winter Wonderland  en Hyde Park, que incluye una pista de hielo, dos mercadillos navideños, varias atracciones de feria e incluso una réplica de un pueblecito bávaro, que por alguna razón aquí les parece de lo más navideño. Aquí una foto tomada precisamente allí, con cartel en alemán incluido:


La última foto la saqué paseando por ahí, en un callejón por el que pasé y que me llamó la atención en ese momento. Me gusta porque, sin ser nada especial, muestra el cariño que pone la gente aquí al adornar sus calles, incluso las menos vistosas:


Os preguntaréis si después de esto he conseguido ver estas fiestas con mejores ojos. Iba a decir que no, porque después de todo sigo echando de menos a la gente que dejé en España, pero me acabo de dar cuenta de que sí. Después de todo he disfrutado de estos paseos y del ambiente que hay por aquí. Aunque supongo que era de esperar, con lo que siempre me ha gustado Londres :D

¡Feliz Navidad a todos!




martes, 3 de diciembre de 2013

De libros: programando de nuevo

Me acabo de dar cuenta de que hace mucho que no comento aquí ningún libro, así que voy a aprovechar para hablar de mis dos últimas adquisiciones. Los compramos el fin de semana pasado, que bajamos a Covent Garden a echar un ojo al mercado con el ambiente pre-navideño. El caso es que hacía bastante frío y faltaba media hora para comer, así que nos metimos en la librería Foyles a hacer tiempo... y claro, ya os podéis imaginar lo que pasó :)

El primer libro que se vino conmigo fue Seven Languages in Seven Weeks: A Pragmatic Guide to Learning Programming Languages, de Bruce A. Tate. Le tenía echado el ojo desde que me lo recomendó Víctor, así que aproveché que en Foyles lo tenían y compré un ejemplar. El libro cubre lo esencial de siete lenguajes de programación con los que he tenido poco o ningún contacto hasta ahora: Clojure, Haskell, Io, Prolog, Scala, Erlang y Ruby. Ya había empezado a echarle un ojo a Ruby, y algo de Prolog sí que vi en su día, pero tengo mucha curiosidad por los demás.
El segundo libro que compramos ese día fue un regalo que me hizo Mein Mann, que tiene el mismo problema que yo cuando entra en una librería. Learn You a Haskell for Great Good!, de Miran Lipovača, es una guía para aprender Haskell que según parece es muy divertida. La sinopsis de la contraportada ya da una idea de por dónde van los tiros:

"(...) Packed with the author's original artwork, pop culture references, and most importantly, useful example code, this book teaches functional fundamentals in a way you never thought possible. (...)"

Vaya, que tiene pinta de que me lo voy a pasar bien. No deja de tener su gracia (y su ironía) que ahora que he dejado de trabajar en IT sea cuando voy a ponerme a programar por gusto. Claro que, bien pensado, igual tampoco es tan raro.



domingo, 24 de noviembre de 2013

Desde mis ventanas

Otoño siempre ha sido mi estación favorita. Recuerdo cuando trabajaba cerca del Retiro, hace unos 20 años, y me encantaba mirar por la ventana del bus a cuando pasábamos por delante del parque porque los árboles tenían un colorido precioso. Ahora que vivo rodeada de zonas verde estoy disfrutando de lo lindo con los tonos amarillos, ocres y rojos que poco ha poco han dominado el paisaje. El jardín trasero está muy bonito, aunque me temo que nos han colocado un andamio para reparar la fachada y no va a quedar muy bien en las fotos. Esta que pongo aquí es de finales de septiembre, cuando el rosal aún estaba verde pero ya tenía bastantes frutos:


Por suerte no han puesto ningún andamio en la parte delantera, así que he podido sacar una foto otoñal en condiciones:


Y para terminar subo una foto de mi otra  ventana, la de la oficina. Fue una sorpresa muy agradable encontrarme con que mi nueva mesa estaba al lado de un ventanal con unas vistas bastante guapas, porque siendo la última en llegar no contaba con ello. Además la orientación de la mesa es la misma que tenía en mi trabajo anterior, con el ala y la ventana a la derecha, así que desde el primer día me sentí como en casa. Aunque las vistas aquí son mejores, porque en Madrid tenía delante un edificio alto y aquí tengo esto:


El árbol de la derecha para mí es un bonus  porque atrae a muchos pájaros. El viernes pasado me divertí un rato observando a una pareja de cuervos que curioseaba entre las ramas. Y un par de días antes tuvimos tormenta y vi caer un rayo bastante espectacular (en el árbol no, creo que fue en el pararrayos de la inglesia que se ve al fondo). En cuanto caiga la primera nevada subiré otra foto :)


domingo, 17 de noviembre de 2013

Everywhere they boil the beans ;)

Qué cosas, no llevo ni un mes en este trabajo y ya he tenido "unos de esos momentos". Por dar algo de contexto, durante la primera semana en la empresa estuve trabajando como personal externo con un contrato temporal, porque tenían prisa en que me incorporara pero el papeleo para el contrato permanente iba a demorarse un poco. El contrato temporal era con una empresa similar a las ETTs españolas que tuvo una cagada confusión al darme de alta en su sistema de nóminas, así que he sudado tinta persiguiéndoles para cobrar esa semana. Hace un par de días por fin conseguí que me hicieran caso y me prometieron incorporarme al sistema de inmediato. Poco después recibí este email:

8<-----------------------------
Hi,
Please can you confirm your email address so we can set your system account up.
Thanks,
8<-----------------------------

Vale. Supongo que lo siguiente será llamarme para confirmar mi número de teléfono y pasarse por casa de visita para que les dé mi dirección :)




jueves, 31 de octubre de 2013

Hallowe'en

¡Mecachis! Halloween se nos ha echado encima casi sin darnos cuenta, y eso que hace nada era todavía verano. Siempre he dicho que la primera mitad del año se arrastra y la segunda se precipita, y cada año vuelvo a tener esa sensación en cuanto llega septiembre. Ya no queda nada para las navidades... Ouch.

En España nunca le habíamos hecho mucho caso a esta fiesta, pero aquí la cosa es diferente. Cuando estuvimos en casa de Clair y Bill hace un par de fines de semana les pregunté si debía comprar dulces por si venían niños a casa en esta noche y me dijeron que sí, que sería de mala educación no abrir la puerta o no darles nada, así que el otro día pasé por el súper e hice acopio de golosinas. Clair me aconsejó "compra una bolsa por niño" pero claro, siendo el primer año, a saber cuántos niños iban a venir... Conociendo como conozco a Murphy, sé que basta con que compres pocos dulces para que se presenten en tu puerta chorrocientos  críos, así que me hice con una cantidad más o menos respetable:


Adivináis lo que ha pasado ¿verdad? ¡Exacto! ¡No ha venido *nadie*! LOL!

En este barrio no hay muchos niños, y además me da a mí que los chavales prefieren ir pidiendo por las casas en lugar de los edificios de apartamentos, así que tampoco ha sido una sorpresa. El caso es que aquí me tenéis, sentada en el sofá rodeada de bolsas de cosas con nombres tan sugerentes como "Trick or Sweet", "Dead Heads", "Sour Tricks" y "Spooky Treats". Menos mal que he sido previsora y tengo un Plan B: mañana mis compañeros de oficina y los de Husband  se van a poner morados de dulces. Y yo también :)

¡Feliz Halloween a todos!


lunes, 28 de octubre de 2013

Se me está pegando...

...la afición que tienen en este país por la repostería. De siempre me ha hecho gracia lo de hornear bizcochos, pero nunca se me había dado demasiado bien, y ya si hablamos de suizos o magdalenas aquello era una lotería. Pues bien, no es que de pronto me haya convertido en una experta, pero últimamente estoy haciendo cosas bastante resultonas. Para muestra, estos scones que preparé hace poco:


Los scones son unos bollos típicos de aquí que se suelen tomar a la hora del té acompañados de nata o mermelada. Tienen fama de ser pesados y secos (de ahí lo de la nata o la mermelada para acompañar), aunque los de mejor calidad son esponjosos. Y estos míos quedaron estupendos, aunque esté mal que lo diga yo. No duraron nada en casa.

Claro que ayudó el tener un buen recetario, y sobre todo un buen horno. Viviendo de alquiler no esperaba encontrarme nada del otro jueves en cuanto a electrodomésticos, y efectivamente la lavadora o la nevera son bastante normalitas. Pero el horno es de aire caliente, que tenía entendido que iba de miedo para la repostería, y para mí que va a ser verdad. Y es que aquí en UK el horno es el rey de la cocina. Casi todos los platos precocinados que encuentro en el súper se preparan en horno convencional, y algunos también en microondas. Pero es que hasta los productos frescos traen instrucciones para cocinarlos al horno. Hace unas semanas encontré en un supermercado rodajas de emperador (cosa rara, porque no es un pescado muy común por aquí) y en la bandeja aconsejaban asarlas, ni se mencionaba que se pudieran hacer a la plancha. Así que supongo que es normal que la repostería esté a la orden del día.

Precisamente en el horno preparaba yo ayer unas verduras asadas para acompañar a un pollo que había comprado. Mientras las estaba cortando recordé que mi prima Bárbara me comentó poco antes de mudarme aquí que, por lo que ella sabía, las frutas y verduras en este país eran escasas y caras. Por lo que he podido comprobar, lo del precio depende del producto que se trate; por ejemplo las naranjas son bastante caras porque son importadas, mientras que las manzanas de producción nacional están muy bien de precio. Pero no son escasas en absoluto, y hay mucha variedad. Incluso en el súper de tamaño medio al que voy habitualmente encuentro cosas como chirivías (parsnips) y apionabo (celeriac), que nunca vi en Madrid. Los dos formaban parte de esa guarnición que preparé ayer, junto con patatas y zanahorias, que también quedó bastante bien. Eso sí, lo que no he sido capaz de encontrar son melocotones de Calanda. Snif, con lo que me gustan...



domingo, 20 de octubre de 2013

Se me ha acabado el sabático (snif)

Tenía que pasar. Mañana vuelvo a trabajar. Sé que ya iba siendo hora, y estoy contenta porque el puesto me gusta y queda al lado de casa, pero vaya... voy a echar de menos la libertad de ir de un lado para otro a mi aire.

De todas formas no me quejo, porque he disfrutado mucho este periodo de sabático. He podido pasear por las calles de Londres como siempre quise, visitando sus museos, exposiciones y parques. He conocido Dover, Bristol y Liverpool, volví a Edimburgo y pasamos unos días en Asturias este verano. Y me hubiera gustado volver unos días a Madrid antes de empezar a trabajar, o escaparme a Valencia, pero en la empresa tenían prisa y no pudo ser. Qué le vamos a hacer. Pero vaya, ha estado bien :)


martes, 8 de octubre de 2013

Curiosidades de Street View

La semana pasada tuve que ir a hacer una entrevista a una dirección en la City, en concreto el 110 Bishopsgate, conocido como Heron Tower. En aquel momento no lo sabía, pero se trata de uno de los últimos rascacielos construidos en la zona y tiene cierta fama, hasta tiene web propia. Como mi falta de sentido de la orientación es legendaria, tengo la sana costumbre de mirar en Google Maps las direcciones a las que tengo que ir para que la zona me resulte familiar, así que el día antes de la entrevista busqué "Heron Tower, London" y me encontré con esta foto:




Al principio pensé que la dirección no era correcta, pero luego me fijé en el nombre escrito en las vallas alrededor del solar en construcción, y en la película que se anuncia en el autobús, que es de 2008. Estaba claro que la foto era de hace 5 años, aunque también ayudó el texto de la esquina inferior derecha ;)

El caso es que me dio por desplazarme un poco hacia la derecha y la foto cambió por completo:




Esta imagen es de julio de 2012, aunque habría pensado que era otra calle de no ser por el edificio de ventanas verdes que se aprecia al fondo. En cosa de cuatro años no sólo se levantó la Heron Tower, también se derribaron los dos edificios de la derecha, dejando una estupenda vista de otro rascacielos emblemático de la City: el 30 St Mary Axe, conocido informalmente como "the Gherkin". Uno de mis favoritos, dicho sea de paso.

Este glitch en Street View me ha servido para darme cuenta de lo rápido que cambia el paisaje urbano y lo fácil que es no darse cuenta de ello. En la City estos cambios se notan más porque los edificios nuevos contrastan con la arquitectura típica de la zona. Claro que "lo típico" dentro de poco serán los rascacielos de acero y cristal, porque ya hay unos cuantos edificios nuevos y otros tantos planificados, incluso con las objeciones expuestas por algunas organizaciones, preocupadas por la destrucción de las señas de identidad de la zona. Y algo de razón llevan, véase el caso del 20 Fenchurch Street, apodado "the Walkie Talkie" o más recientemente "the Walkie-Scorchie", por su capacidad para fundir vehículos aparcados en los alrededores.

Por alguien se lo está preguntando, llegué bien a mi entrevista en la Heron Tower, y eso que tuve que cambiar de planes y bajarme en la estación de Moorgate en lugar de Liverpool Street debido a un fallo de señalización en el metro (sí, qué raro, jeje). Hasta me sobraron 10 minutos que pude emplear en admirar el espectacular acuario de la entrada, el más grande de UK en manos privadas. Nada menos que 1200 peces de 67 especies distintas, incluyendo algún que otro tiburón. Sólo por eso ya mereció la pena la visita.


jueves, 19 de septiembre de 2013

Impresiones sobre el transporte público

Si hay algo que define el transporte público en Londres es que es caro de narices. Para muestra un botón: la travelcard  mensual que me tendría que sacar para viajar por todas las zonas, desde el mismo centro de Londres hasta donde vivimos (estamos justo en el borde del mapa zonal, en una zona especial más allá de la 9) cuesta la friolera de 304.20 libras. Si en España viviera por ejemplo en Alcalá de Henares, que está más o menos a la misma distancia de Madrid que nosotros de Londres, el abono mensual B3 me costaría 82 euros. Incluso el abono E2, que permite viajar por toda la Comunidad de Madrid y algunas zonas fuera de ella, vale a día de hoy "solo" 131,80 euros. Con esos precios, la tarifa plana mensual sólo compensa a los commuters, es decir, trabajadores y estudiantes que deben usar el transporte público a diario. Los viajeros ocasionales optamos por pagar religiosamente cada viaje, teniendo en cuenta que si se utiliza una tarjeta prepago (Oyster) el sistema automáticamente deja de cobrar en cuanto se alcanza una cantidad equivalente al precio de una travelcard  diaria. Lo cual tampoco es que sea una tranquilidad, porque al menos en nuestra zona, la citada travecard  cuesta 16.20 libras, o 21.10 si uno se descuida y hace un viaje en hora punta. ¿Pero qué obtenemos a cambio de ese dineral?

En nuestro caso, la mejor opción para desplazarse al centro de Londres es usar el tren. En teoría este transporte funciona muy bien, al fin y al cabo estamos en el país que inventó los trenes ¿verdad? Pues sí, pero no. O no siempre. En general los trenes son tremendamente puntuales, hasta el punto en que un retraso de uno o dos minutos se anuncia por megafonía en las estaciones. También son muy rápidos: el viaje hasta la estación de Euston dura entre 16 y 21 minutos, dependiendo de si el tren es directo o hace paradas.Y la frecuencia de los servicios no está nada mal, incluso en hora valle o fin de semana tenemos unos cinco trenes por hora. Digamos que la cosa funciona bien... cuando funciona. Parte del problema es que el servicio está en manos de compañías privadas, cuyo objetivo tiende a ser maximizar su beneficio aunque sea en perjuicio de los viajeros. Y así nos encontramos con trenes que se cancelan porque un trabajador está enfermo y no hay quien le sustituya (!), trenes cortos en hora punta (con conductores cabreados que avisan por megafonía de que la falta de vagones no es culpa suya) y, sobre todo, la estupidez de no desclasificar los vagones de primera clase al entrar en la zona metropolitana de Londres, con lo que los commuters que viajan con una Oyster  normalita acaban hacinados habiendo uno o dos vagones vacíos en el mismo tren. Eso sí, esto último sólo lo practican algunas compañías, entre ellas la que nos ha tocado a nosotros (¡grrr!). A todo esto hay que unir las incidencias típicas en cualquier sistema de ferrocarril, como fallos de señalización y otro tipo de interrupciones, teniendo en cuenta además que los trenes que sirven la zona de Greater London  pueden terminar bastante lejos. Aún recuerdo el día que vimos retrasos de media hora en la estación Euston porque había una vaca en la vía... cerca de Birmingham.

Por suerte si nos fallan los trenes siempre podemos recurrir al metro, conocido aquí como the Undeground  o simplemente the Tube. La gente se queja de que es viejo, feo y se rompe más que una escopeta de feria, y no les falta razón, aunque yo le veo cierto encanto, sobre todo a las estaciones más antiguas como Baker Street. Pero al igual que los trenes, hay que reconocer que el metro de aquí, cuando funciona, lo hace muy bien. Las frecuencias en la zona central son muy buenas, he llegado a ver salir un tren de una estación y el siguiente entrar a los pocos segundos. Lo cual no quita para que en hora punta los viajeros vayan como sardinas en lata. Por suerte las escaleras mecánicas van a toda pastilla, en un claro intento de evitar que la gente se acumule en los pasillos. La mayoría de las veces lo consiguen, aunque en un par de ocasiones he visto estaciones cerradas temporalmente y al personal del metro redirigiendo a quienes llegaban hacia las estaciones más cercanas. Y esa es otra de las cosas que me gustan del Underground : ves empleados de la empresa en las estaciones atendiendo a quienes tienen dudas o problemas, personal en las taquillas y guardias de seguridad en andenes y pasillos. Parece ser que esto va a cambiar debido a la crisis, se habla de prescindir de los taquilleros en las estaciones menos concurridas. Espero que tarden mucho o no lleguen a hacerlo.

Y claro está, a la hora de hablar del transporte en Londres no puedo dejar de incluir el autobús. Reconozco que me enamoré de esos buses rojos de dos pisos ("Routemasters") la primera vez que vine a esta ciudad, hace más de 15 años, y me alegré cuando decidieron mantenerlos en lugar de sustituirlos por autobuses normales o articulados de un solo piso. Los últimos modelos tienen un diseño muy diferente, pero siguen manteniendo los dos pisos. En esta foto se aprecia la diferencia entre un modelo nuevo (24) y uno más antiguo (73), aunque sólo se vea la parte de atrás:

Sí, el centro siempre está así :P

De acuerdo que subir y bajar esas escaleras es algo incómodo, pero no hay mejor manera de ver la ciudad que desde el primer asiento de arriba en el bus. El problema es que no sirven para mucho más, porque el tráfico infernal hace que el bus sólo sea una opción para quien no lleva prisa. Sólo por hacer la prueba, un día que tenía tiempo libre y nada que hacer decidí bajar hasta el estupendo Museo de Historia Natural cogiendo tres autobuses. Tardé casi tres horas, que usando una combinación de tren+metro habrían sido unos 70-80 minutos. Eso sí, hice un montón de turismo y el viaje me salió muy bien de precio, porque al menos el billete de autobús tiene un coste razonable si se carga a la tarjeta prepago: 1.40 libras, con un tope diario de 4.40.

Hay otros medios de transporte integrados en el esquema de la Oyster, incluyendo el Overground, el DLR, el tranvía o Tramlos barcos por el Támesis y la Emirates Air Line (un teleférico, vaya; está muy bien :), por no hablar del futuro Crossrail, que es un pedazo de obra de ingeniería. Pero esta entrada quedaría aún más larga si me pusiera a hablar de ellos. Sólo me queda contar mi última experiencia con Transport for London, que me ha sorprendido agradablemente. A mediados de agosto tuve un problema yendo a una entrevista de trabajo. Mi idea era ir en una combinación de Overground+Underground  con un solo transbordo, que me hubiera costado 1.60 libras en total. Pero justo antes de llegar a la estación donde debía transbordar se jorobó la señalización (qué raro) y el conductor indicó que iba para largo, así que tuve que coger un autobús hasta la estación intermedia y desde ahí retomar el viaje en metro. No perdí más de 10 minutos, pero al cambiar al bus y de ahí de nuevo al metro, acabé pagando 2.90 libras más. El caso es que me dio por escribir a Transport for London contando mi caso, después me olvidé del tema... y justo este lunes recibí una carta con una disculpa y un vale para que recargue mi Oyster  con esas 2.90 libras que pagué de más. La verdad, no me puedo quejar.


martes, 27 de agosto de 2013

Diferencias culturales: el sentido práctico, las ofertas del día y el "cashback"

Uno de los aspectos que más me llaman la atención de vivir en el Reino Unido es la multitud de pequeñas diferencias culturales que voy notando en el día a día. Por ejemplo, antes de venir aquí estaba convencida de que mi nombre, con sólo cuatro letras, no iba a darme demasiados problemas. ¡Error! O bien la pronunciación les despista o no están acostumbrados a él, pero el caso es que la mayoría de la gente se lía la primera vez que lo escucha (salvo en el centro de estética, donde me atendió una joven rusa que lo reconoció sin problema). Harta de tener que ponerme a deletrear cada vez que quería tomarme algo en un Starbucks, un día decidí experimentar y cuando me preguntaron di mi segundo nombre, Isabel. Y funcionó. Contra todo pronóstico, nadie se confunde con un nombre más largo y que suena (a mis oídos) de lo más español. Eso sí, cada cual lo escribe como mejor le parece: Isabele, Isabella, Isabelle... pero nadie pregunta, así que eso que me ahorro. Juas.

Y es que se me está pegando ese sentido práctico tan propio de este país, y que ya había notado las veces que estuve aquí de vacaciones. Un ejemplo de ello son los carteles que se pueden ver a menudo en el metro de Londres, como el que aparece en esta foto de Tom W en el blog de Annie Mole:


No queda claro si se refiere a pasajeros con niños y/o equipajes, a equipajes de niños o sólo a quienes lleven equipajes (y niños) voluminosos, pero ante la duda lo mejor será utilizar la puerta grande a la vuelta de la esquina. He visto letreros así para anunciar de todo, desde disrupciones en el servicio hasta torniquetes que sólo se abren a ratos. Es cutre, pero funciona. De la misma forma, cuando hay un problema en las líneas suelen informar a los pasajeros de la causa del mismo, ya sea un fallo de señalización o una persona que ha caído a la vía. La gente se queja de que la lista de motivos es sospechosamente corta, pero eso es que no han oído el motivo único de las interrupciones en el metro de Madrid: "por causas ajenas a Metro..."

Otro ejemplo de ese sentido práctico lo encuentro cuando voy al supermercado. A menudo hay productos en oferta especial porque están a punto de caducar, mientras que el resto de productos del mismo tipo con una vida más larga tienen un precio mayor. Sin ir más lejos, esta mañana las bandejas de 4 lomos de salmón fresco (600 gramos) estaban a 6 libras, que ya de por sí no es mal precio, pero las que caducaban hoy costaban 4 libras. Tenía apuntado "cazar la cena del día" en la lista de la compra, así que hace un par de horas nos hemos puesto morados a salmón al horno a muy buen precio. Esto en España solo lo vi en el Lidl, supongo que el resto de comercios prefieren tirar la comida antes que venderla más barata.

Y ya que estamos en el supermercado, terminaré hablando del cashback. Se trata de un servicio que ofrecen algunos comercios a los clientes que pagan con tarjeta de débito, que consiste en la posibilidad de añadir a la compra que están haciendo una cantidad de dinero que les será entregada en efectivo. Si por ejemplo compro cosas por valor de 13 libras, y pido 20 en cashback, el establecimiento me cobrará 33 libras y me dará 20 en efectivo. De esta forma el cliente se ahorra un viaje al cajero automático, que puede estar lejos o no funcionar, y el comercio reduce la cantidad de dinero que tiene que llevar al banco (que además suele cobrar un porcentaje por el ingreso). Así que salen ganando todas las partes. Doy fe de que es de lo más cómodo que se ha inventado.


lunes, 5 de agosto de 2013

Los rigores (periodísticos) del verano

Desde que tuvimos la ola de calor este julio pasado, mi madre no cesa de repetir que ha visto en las noticias que aquí ha habido más de 700 muertos por culpa de las altas temperaturas. La expresión que suele utilizar es del estilo de "han dicho en el telediario que la gente allí está muriéndose por la calle por los golpes de calor". Al principio pensé que se trataba de un error, porque no hemos llegado a tener más de 31 grados, bastante menos que los 39-40 que llegué a ver en Madrid volviendo del trabajo algunas tardes. Pero me dio por investigar y encontré unas cuantas noticias confirmando las cifras que decía mi madre. De forma más o menos sensacionalista, todas anuncian la cifra de 760 muertos por el calor, "según cálculos oficiales".  Algunas se dignan incluso citar la fuente, la London School of Hygiene and Tropical Medicine, aunque no dan referencias a ningún estudio en concreto ni enlaces a su página web.

Lo primero que me llamó la atención de la citada web es que no había ninguna referencia a los fallecimientos por la ola de calor. Pero vaya, igual era porque las temperaturas ya habían remitido, así que tecleé "heat" en su buscador y encontré esto:

"Estimated number of premature deaths attributable to heat in England, July 6‐14th 2013."

El estudio está fechado el 17 de julio, y en el primer párrafo se indica que se trata de una estimación basada en una investigación epidemiológica publicada 2011, relacionando índices de mortalidad con la temperatura. El modelo hace una serie de suposiciones, como que el riesgo de morir se incrementa linealmente con cada grado de temperatura que supere cierto umbral, y especifica que en el estudio de 2011 hubo muy pocas muertes directamente atribuibles al calor. Afirma también que es poco probable que estos fallecimientos pudieran distinguirse de otros en los que el calor no tuvo nada que ver. La estimación es de 650 muertes prematuras, con un intervalo de confianza de 540-760.

Sin ser una experta en estadística, yo diría que este estudio realiza una extrapolación en función de datos de años anteriores, probablemente de cara a facilitar la gestión del riesgo ante futuras olas de calor en el Reino Unido. Y digo "probablemente" porque desconozco la finalidad con la que se realizó. Lo que está claro es que NO es un recuento de muertes producidas durante la reciente ola de calor.

Naturalmente los medios han preferido omitir esta última parte y publicar sólo la carnaza, dando por cierta la cifra máxima de 760 muertos que aparece en el documento. Por supuesto, basta con que una sola agencia de noticias lo publique para que aparezca en todos los periódicos y programas de noticias. Y así es como acaban alarmando a una señora de 72 años, que teme que su hija se haya mudado al infierno pese a que las temperaturas que citan los mismos medios son inferiores a las que ella misma está soportando en Madrid. Lo peor es que tengo la batalla perdida de antemano, porque mi madre es de una generación programada para no poner en duda lo que dicen las noticias. Me temo que sólo me queda intentar convencerla de que donde nosotros estamos no ha muerto nadie, así que puede quedarse tranquila. Qué le vamos a hacer.

miércoles, 31 de julio de 2013

Books!

Soy incapaz de entrar en una librería y salir sin comprar al menos un libro. Y mira que lo intento, aunque debo reconocer que no demasiado, porque en el fondo no es algo que quiera cambiar. Al fin y al cabo es una adicción barata, sobre todo ahora que vivo en un sitio donde los libros tienen un precio razonable, no como en España. Para muestra un botón: un libro de moda cualquiera, edición en tapa blanda, en Amazon UK cuesta 3,85 libras (7,99 cuando no está de oferta, son unos 9 euros) y en Amazon ES nada menos que 17 euros. Pero vaya, puede ser un problemilla cuando el número de estanterías es limitado y ya están hasta los topes. Hay quien intenta convencerme de que la solución es el libro electrónico, y estoy de acuerdo hasta cierto punto, pero... me encanta coger un libro, hojearlo, olerlo, mirar el tipo de letra, la calidad del papel, si tiene muchos diálogos o descripciones, cómo se llaman los personajes, cuál es la primera frase (la última no, eso serían spoilers  :),  si cabría en el bolso o me va a pesar mucho... para luego dejarlo y mirar el de al lado, que me ha llamado la atención porque conozco al autor, o porque nunca he oído hablar de él, o porque el diseño de la portada es steampunk  o el título tiene "gancho", y repetir esto unas cuantas veces más para quizá acabar volviendo al primero que vi porque después de todo me ha picado el gusanillo de leerlo.

Hace poco me pasó eso mismo en el Waterstones de Piccadilly. Entré para refugiarme de la lluvia (como excusa no está mal), subí a la planta de ci-fi porque en la baja había mucha gente (otro motivo perfectamente válido) y allí vi una oferta del tipo "segundo libro a mitad de precio". Y claro, como tenía tiempo me dediqué a curiosear los ejemplares incluidos en la oferta, por supuesto sin ánimo de comprar ninguno. Y acabaron cayendo dos, justamente el primero y el último que vi. Por suerte les encontré sitio en la estantería pequeña del salón (un poco apretados, eso sí).

Lo malo es que en Londres no faltan librerías, así que aunque consiga hacer como que Amazon no existe acabo rodeada de tentaciones cada vez que salgo a la calle. Incluso con los problemas que están teniendo los locales físicos con la llegada del libro electrónico (que se llevaron por delante a Borders UK y Books Etc, snif) si no me cruzo con un Waterstones entonces será Foyles, o el WHSmith, que a simple vista sólo tiene best sellers  pero donde a veces se encuentran cosas interesantes. O el sótano de Forbidden Planet, o cualquiera de las pequeñas librerías especializadas de Charing Cross Road. Y que duren mucho tiempo, porque son una gozada.

Todo esto me ha venido a la cabeza al ver la bolsa que me dieron en Waterstones cuando hice la última compra. Trae un minipoema de Roald Dahl que me hizo mucha gracia:

"So please, oh please, we beg, we pray,
go throw your tv set away,
and in its place you can install
a lovely bookshelf on the wall"

Desde luego en casa ya no queda libre ni un trozo pequeño de pared, así que si quisiéramos meter otra estantería tendríamos que ponerla en el lugar que ocupa el televisor. Lo cual sería una pena ahora que por fin podemos ver en él cosas decentes, como las series de la BBC. Pero eso es material para otra entrada y ya la escribiré en otra ocasión.


lunes, 22 de julio de 2013

Y esta se la dedico a Chema :)

Que conste que subí expresamente al último piso de Hamleys para ver si lo tenían:


Una pena que no estuviera montado, porque mide casi 1,25 m y debe de ser digno de verse. Pero al menos tenían la caja, que no era precisamente pequeña: 3152 piezas. Casi nada. El precio va en consonancia, incluso con el awesome  10% de descuento se quedaba en 396 libras de nada. Vaya, que me quedé con las ganas de llevármelo. Snif.



jueves, 11 de julio de 2013

De lo que se entera una...

Resulta que hoy es mi santo. Por haberme educado con monjas sabía que mi nombre tenía presencia en el santoral, aunque siempre había creído que sólo en el ortodoxo, y no estaba al tanto de la fecha. Gracias a Tomás me entero de que la iglesia católica también honra a mi tocaya. Por lo que leo, era un encanto de chiquilla aficionada a asar a sus enemigos por medio de palomas y gorriones. Qué maja. Como dice el artículo en MetaFilter, es toda una Lannister... Me da que no nos llevaríamos bien.

Esto resuelve el misterio de por qué el cura dejó a mi madre salirse con la suya y ponerme este nombre en el bautizo. Todos los días se aprende algo.


Malentendidos

Estoy rodeada de ellos. El penúltimo fue hace poco, cuando estaba comprando algo y le mencioné a la chica que me atendía que lo necesitaba porque me iba de vacaciones. Inmediatamente puso cara de interés y me preguntó en qué trabajo, cosa que me sorprendió bastante, porque vaya, irse de vacaciones no es tan extraño... Resulta que donde dije "I'm going on vacation" ella entendió "on location", con lo que supuso que trabajaba en la industria del cine o algo así. Ya quisiera yo.

Pero a estas alturas ya no me preocupa, sobre todo porque con tantos acentos como se oyen por aquí no soy la única que tiene estos problemas. El año pasado, Paula, que es de Boston, me decía que sus hijos se aburrían viendo Sherlock  porque perdían bastante del diálogo. Y es que la serie es muy British, así que en cuanto se ponen a hablar un poco rápido más vale tener puesto el cinturón de seguridad y los subtítulos. Y hablando de subtítulos, los programas de reconocimiento de voz tienen los mismos problemas que los humanos. Por ejemplo, cuando las noticias de la BBC informaron del comienzo de Wimbledon y la posibilidad de ver jugar a Rafa Nadal, el subtítulo correspondiente lo transcribió como "Rough Nadal". Teniendo en cuenta cómo le ha ido al pobre Rafa en el torneo, el error casi parece profético. Y hace poco vi una noticia donde alguien se quejaba de que había ido a las Urgencias de cierto hospital y no había médicos que le atendieran. La expresión que utilizó fue "there was nobody more senior than a nurse", pero el subtítulo que apareció decía "...more senior than anus". No comment.

Eso sí, el malentendido más divertido hasta ahora ha sido en español. Ayer estaba de videoconferencia con mi madre y me comentó que había visto la película de Star Trek de 2009 y le había gustado mucho(*). Y a continuación añadió como si nada "lo que yo no sabía es que el señor Spock estaba enamorado de un cura...". Podéis imaginar mi cara. Ya le iba a preguntar a mi madre qué versión de Star Trek había visto y quién se la había pasado, cuando caí en la cuenta de que lo que quería decir era que Spock está enamorado de Uhura. Cosas del Skype, jeje.



(*) Sí, en esta familia somos todos trekkers :)

sábado, 29 de junio de 2013

Escapada a Edimburgo

Lo he vuelto a hacer. Mein Mann  tenía un evento de trabajo en Edimburgo y la habitación de hotel que le habían reservado era doble, así que hice la maleta y me fui con él. Siempre es buen momento para volver a Escocia, pero también influyó que el hotel era éste. Tenía mucha curiosidad por conocerlo, pero pocas probabilidades porque no es precisamente barato... Y sí, está muy bien. Es la primera vez que veo un baño de hotel con fotos de películas de Sean Connery :)

Eso sí, el viaje en tren hasta Edimburgo no se lo desearía a un enemigo. Algo que no entiendo de este país es que se permita vender billetes de tren de larga distancia sin reserva de asiento. Básicamente, la empresa se lava las manos indicando en la letra pequeña que si no reservas asiento (pasando por sus oficinas, porque una vez emitido el billete la web ya no permite hacer cambios) no te garantizan que vayas sentado. Y acabas con una situación como la del domingo pasado, cuando hubo no sé qué problema con otro tren y el nuestro iba lleno hasta la bandera. Yo tuve suerte porque llegué pronto y pillé uno de los pocos asientos que quedaban libres, pero aquello se empezó a llenar y cuando salimos los pasillos iban llenos de maletas, bicicletas, excursionistas, niños durmiendo tirados entre los vagones y hasta borrachos durmiéndola al lado del coche bar. Vaya, que solo faltaban la cabra y las gallinas. De vergüenza. Menos mal que el resto del viaje mereció la pena.

Y es que Edimburgo es una preciosidad. No sé si será por el color de la piedra de los edificios, el estilo arquitectónico o los desniveles del terreno, pero el caso es que esta ciudad tiene una personalidad única. Además, ahora en verano hay un ambientillo festivo muy agradable.




Como ya había estado aquí hace unos años, en esta ocasión decidí olvidarme del castillo o el palacio de Holyrood, que son de las atracciones turísticas más típicas, y el primer día me fui directa al Royal Botanic Garden Edinburgh. Es un jardín botánico muy agradable que tiene la ventaja de ser gratuito, salvo si se quieren visitar los invernaderos. Hacía un día muy bueno y se estaba de lujo al aire libre, así que me quedé casi todo el día. Desde el lado sur se divisa una bonita panorámica del centro de la ciudad:


El segundo día hice algo que tenía en mente desde que leí The Da Vinci Code. La novela me dejó bastante fría (por decirlo suavemente), pero al menos consiguió que tuviera curiosidad por conocer la iglesia de Rosslyn. Queda a hacer puñetas un poco lejos de Edimburgo, pero hay un autobús que va directo, así que decidí irme de excursión para allá, a ver si encontraba el Santo Grial. Y va a ser que no está donde dice Dan Brown, porque por mucho que miré no lo vi, pero la visita me gustó mucho. La capilla por fuera no se diferencia mucho de cualquier otra iglesia gótica:


Lo interesante en este caso es el interior: incluso prescindiendo de los temas místicos que la pusieron de moda, Rosslyn destaca por la profusión de tallas y grabados de todo tipo de plantas y animales, escenas bíblicas e incluso motivos paganos. Hasta hay disponibles unas hojas que sirven de guía al visitante para localizar los elementos más famosos. Con todo, lo que más me llamó la atención fue un boceto que algún maestro albañil grabó en la pared de la cripta y se ha conservado hasta nuestros días. Quién se lo iba a decir a su autor:


La entrada es algo cara para lo que dura la visita (hora y media como mucho, y cobran 9 libras), y hay que tener en cuenta que se tarda más de tres cuartos de hora en llegar, así que es fácil que se vaya medio día en esto. Pero el recorrido del bus entre la campiña y el bosque de la zona también es bastante agradable.

Para terminar, dejo una foto que tomé cuando pasaba cerca del castillo de Edimburgo. Me hizo gracia la gaviota en la farola, que nunca falta en las ciudades de costa, como la que fotografié el año pasado en Oporto. Qué tendrán las farolas, que tanto les gustan a estos bichos...



miércoles, 19 de junio de 2013

Desde mi ventana en primavera

En febrero publiqué una foto de la vista desde la ventana de nuestra nueva casa en el Reino Unido. Entonces se veía la estampa típica de un jardín en invierno, con árboles y arbustos pelados de hojas. Hace un par de semanas estaba mirando por esa misma ventana y se me ocurrió tomar una nueva foto más o menos desde el mismo ángulo:


Es bastante diferente de la anterior. Se ve la cinta que ha puesto el jardinero para evitar que se pise en la zona recién plantada, y el rosal que tenemos delante se ha tupido y casi no deja ver el banco del fondo. Aunque quita algo de luz se agradece bastante, porque las mañanas que no está nublado entra bastante sol. Y ojo, que aquí en esta época amanece a las 4:44, dos horas antes que en Madrid según timeanddate.com.

Me extrañaba que el rosal no hubiera florecido, pero el pobre debía de estar medio dormido por las temperaturas tan frescas de esta primavera. El caso es que ya se ha despertado y de una semana para acá se ha llenado de flores como esta, para alegría de las abejas de la zona:


Pero las abejas no son la única fauna local que nos visita estos días. Dejando aparte a los amigos de ocho patas (sí, Chema, yo tampoco los puedo ni ver), parece que ha llegado la hora de volar del nido para todos los pájaros de por aquí. El lunes me entretuve un rato delante de casa viendo a una urraca jovencita cotilleando entre los setos del portal, tiene gracia lo curiosos que son estos bichos. Y ayer por poco me lesiono haciendo contorsionismo para sacar un vídeo de estos dos herrerillos:


La foto no es gran cosa porque está tomada a partir del vídeo, mi cámara no es nada del otro jueves y además yo no he sido llamada por el camino de la fotografía. Pero al menos se ve a los dos pájaros, que era lo que buscaba. Son un herrerillo adulto (el de la izquierda) y su pollo, o al menos doy por supuesto que era suyo porque se tomaba muchas molestas para alimentarlo. Tenía mucha gracia ver al adulto ir de un lado para otro todo estresado buscando bichos comestibles, mientras el pequeño se limitaba a quedarse posado en la rama, picotear con curiosidad y pedirle comida al padre cuando estaba cerca.

Mein Mann  comentaba que parece que atraigo a los pájaros, porque en Madrid venían los gorriones y aquí vienen estos. Y eso que aún no he instalado el comedero...


lunes, 17 de junio de 2013

Crónicas de mi Wi-Fi: el iPod, la banda de 5Ghz y el Windows 7 Starter Edition

Todo comenzó una tarde como otra cualquiera, hace un par de semanas. En realidad no, para ser precisos habría que decir que la cosa empezó en febrero, cuando el técnico de nuestro proveedor de Internet nos instaló un flamante Superhub  en el salón y nos dijo que si los PCs de sobremesa estaban en otra habitación, lo mejor sería que nos conectáramos por Wi-Fi, porque ellos no hacían más instalación que eso. Le hicimos caso, claro, no era cosa de ponerse a tirar cables por el pasillo y con la casa patas arriba por la mudanza. Y el invento funcionó bien hasta la tarde que decía, cuando las máquinas empezaron a perder la conexión con el router, así por las buenas y sin avisar. Qué poco tacto.

Investigando un poco, descubrimos que el único cambio en los últimos días era la aparición de una nueva red Wi-Fi en el vecindario. Una más a sumar a la media docena que ya había, porque como bien dijo mi amigo Víctor, hasta el Tato tiene ahora una red inalámbrica. Esta nueva red debió de interferir con la nuestra, haciendo que nuestro Superhub , que según dicen es bueno como cable modem pero no vale gran cosa como router Wi-Fi, tirara la toalla. Así las cosas, la solución más inmediata que se nos ocurrió fue cambiar a la banda inalámbrica de 5 GHz, que proporciona un rendimiento superior y además está vacía en nuestra zona. Y sí, funcionó de lujo, ambos PCs soportaban la nueva banda y los dispositivos que no lo hacían (el NAS, el netbook  y el media player) se podían cablear. Sólo quedaba un cabo suelto: mi iPod Touch, que sólo soporta la banda de 2,4 Ghz. Buscando una solución buena, bonita y barata, se me ocurrió que si la cuestión era proporcionarle al iPod una conexión temporal para actualizarlo o hacer backup, bien podría usar el netbook  para montar lo que Microsoft llama una "red ad hoc", o lo que es lo mismo, una nueva red Wi-Fi en la banda de 2,4 GHz. Claro, algo así dura hasta que se apaga el netbook, pero serviría para lo que yo quería.

El primer problema me lo esperaba: el netbook  traía de serie Windows 7 Starter Edition, o para entendernos, una versión capada de Windows 7. Así que la opción de montar una "red ad hoc" no aparecía por ningún sitio. Inasequible al desaliento, investigué y descubrí que la versión Starter  no muestra la opción pero sí permite montar la red, así que seguí adelante. La cosa fue bien hasta que, al finalizar la configuración, intenté activar la compartición del acceso a Internet (ICS) en la nueva red, que era para lo que estaba montando el invento. Primero lo intenté desde la misma ventana de confirmación:


Aquello no le gustó a Windows, que se quejó de que no tenía permisos para lo que le estaba pidiendo, pese a haber entrado al sistema como el usuario Administrador. Entonces lo intenté desde la ventana de propiedades de la nueva red inalámbrica, pero la pestaña "Sharing" había desaparecido misteriosamente. La siguiente hora la pasé haciendo lo que en este mundillo llamamos "pegarse con ello": intenté activar el servicio de ICS a capón (y hay que ver lo que tardaba el pobre netbook  en abrir el panel de Servicios), pero ahí Windows se quejaba de que "el servicio se había iniciado bien pero luego se había detenido". Eso me llevó a pensar que podía haber un conflicto entre las direcciones IP que Windows estaba intentando usar para la nueva red y las ya existentes, aunque después de cacharrear un rato con el Registro descubrí que no, que no se parecían en nada. Al final llegué a la conclusión, confirmada luego en la red, de que esta Starter Edition  te mosquea haciendo como que no te deja montar la "red ad hoc", cuando en realidad sí te lo permite, pero lo que le parece fatal es que intentes usar la nueva red para compartir la conexión a Internet. Pues qué bien.

Lo que me molesta no es que este Windows venga "capado", al fin y al cabo no compré el netbook  para esto. Pero vaya, ya que hacen las cosas podrían hacerlas bien y sustituir ese mensaje de "Turn on Internet connection sharing" por un cartelito diciendo "Si quieres compartir la conexión a Internet, paga por la versión chula del sistema". Así de simple, y me habría ahorrado un dolor de cabeza.

Eso sí, entre tanto artículo que consulté en Internet sobre este tema descubrí que podía hacer lo que quería usando un "TP Link TL-WR702N 150Mbps Wireless N Nano Router with USB Charger" que me ha costado 17 libras, gastos de envío incluidos. El bichín ocupa una superficie menor que una tarjeta de crédito y funciona de lujo, fue enchufarlo y tener red inalámbrica instantánea. Además nos servirá cuando vayamos a hoteles de los que te dan Internet gratis pero sólo si es con cable, y te cobran por el uso de la red inalámbrica. Así que la historia tiene final feliz :)


miércoles, 5 de junio de 2013

Menú de la semana

Visto en cierta cantina corporativa. Al loro con el "Spanish Feast" del miércoles:


A la vista del plato de pollo, cualquiera diría que contrataron de cocinero a Chiquito de la Calzada. Y la otra opción, en fin... doy por supuesto que saben lo que están preparando y se trata de un plato de espinacas. Aunque los guisantes con piñones y pasas tampoco quedarían mal, creo.

Erm... sí, bueno, igual alguien debería explicarles que la traducción se les ha torcido un poco. Pero así es más divertido, jeje.


lunes, 20 de mayo de 2013

Dedicado a Julián...

...a quien seguro que le gustan estos modelos de X-wing y B-wing que hemos visto en una tienda de Lego en Liverpool esta tarde.



Julián, igual ya los conoces, aunque tiene pinta de que acaban de salir porque ponía "NEW & Exclusive!". Están muy chulos :)



miércoles, 15 de mayo de 2013

Sorpresa en el hipermercado...

...y horror en el ultramarinos. Vale, no tanto, pero no he podido resistirme :)

Antes de venir a vivir a UK ya sabía que la variedad en los supermercados de aquí no tiene nada que ver con lo que se encuentra en España. El ejemplo típico es el de las patatas fritas, que aquí tienen sabores como "sal marina y vinagre balsámico", "filete a la brasa", "pollo asado", "chile dulce" o "chile picante". Estas últimas son dos variedades distintas de la misma marca, claramente dirigidas a amantes del chile.

El caso es que después de tres meses ya me he acostumbrado, lo que es una suerte, porque me agobiaba llegar al estante del ketchup y encontrarme lo que aparece en la foto de la izquierda: ketchup barato (pero mucho, a 50 peniques el kilo), ketchup caro (10 veces más que el barato), con menos sal y azúcar, con setas, con vinagre balsámico y albahaca, con ajo a la brasa, miel y tomillo y, cómo no, con chile. Ahora ya filtro las variedades exóticas y localizo en seguida el ketchup normal, que es el que voy buscando (sí, Grey, ya sé que zoy una paleta zin ninguna zofizticazión*, LOL).

Incluso encuentro en el súper al que voy habitualmente (que no es de los más grandes) cosas que no esperaba, como jamón serrano (ibérico no,claro), aceitunas rellenas de anchoa y sobre todo chorizo Revilla. De hecho tienen varios tipos de "Spanish chorizo", se siente una casi como en casa. Pero a cambio hay unas cuantas cosas que daba por supuestas y no consigo encontrar. Ya contaba con que algunos productos no iban a ser exactamente iguales, como el pan, las galletas (no hay Marías) o el atún en escabeche (que no existe, aunque sí lo tienen en aceite, al natural y con limón y pimienta, tomate o mayonesa). Pero por ejemplo ha sido una sorpresa la ausencia casi total de fideos. Ni finos ni gruesos, ni siquiera letras o sémola. Digo "casi total" porque Amazon sí que los vende, pero en packs de 12 kilos, así que... va a ser que no. Me temo que se acabaron la fideuá y el rossejat de fideus. Una pena, porque Roberto me había pasado una receta que quedaba rica rica.

Pero lo que aún no me termino de creer es que no se venda tomate frito. En la sección de conservas vegetales hay tomate entero, troceado y triturado, tomate concentrado, y por supuesto multitud de variedades con todo tipo de hierbas (y con chile). Y donde las salsas tienen brebajes con tomate y carne, cebolla, puerro, queso o lo que se le quiera echar, la mayoría con la etiqueta "italian", que debe de vender mucho. Pero del humilde tomate frito de toda la vida, nada de nada. No es como si no pudiera hacer un sofrito, claro. Pero vaya, lo encuentro un tanto chocante :P


* (c) 2001 LucasArts


miércoles, 8 de mayo de 2013

Nidos

Esta foto la tomé en febrero, poco después de llegar aquí, aunque me había olvidado de ella hasta hoy:


Son dos nidos que vi en uno de los árboles que tenemos delante del portal (por si no se aprecia bien en la foto, el más pequeño está arriba a la izquierda). No entiendo tanto de aves como para saber de qué especie son, aunque a juzgar por el tamaño, y teniendo en cuenta las especies que veo por aquí, el grande podría ser de mirlo y el pequeño de jilguero o verderón. He estado observándolos por si se reutilizaban, pero los árboles ya están tupidos y desde abajo no veo gran cosa. Y lo he intentado "de oído", pero a estas alturas aquí ya pía todo árbol o arbusto por el que paso, así que es difícil saber quién suena dónde.

Lo que me hizo gracia es que ningún otro árbol de la docena que hay a la entrada tenía nidos, y éste sin embargo tenía dos. A saber qué tiene ese ábol de especial, a mí me parece igual que los demás. Los pájaros parecen ser tan quisquillosos como las personas a la hora de elegir vivienda...


martes, 7 de mayo de 2013

Primavera

Contra los pronósticos más pesimistas, que me auguraban un futuro de días grises y lluvia perpetua en UK, hace más de una semana que tenemos un tiempo estupendo. Ya comenté en otra entrada que me encanta tener una primavera en condiciones, no como suele pasar en Madrid, que en cuestión de pocos días hay que pasar del abrigo a ir en tirantes por la calle. Aquí estos días no solo no llueve, sino que las temperaturas durante el día rondan los 20 grados. Como esta racha no puede durar mucho, la semana pasada eché un sandwich y una botella de agua en la mochila y me fui a dar una vuelta por Hampstead Heath, que no es que quede aquí al lado, pero está a sólo un transbordo en el Overground.

Hampstead Heath es un parque grande, según Wikipedia tiene una superficie de 320 hectáreas, y no se trata de un jardín formal sino de una extensión de terreno sin urbanizar que comprende praderas, bosques, unos cuantos estanques y varias colinas. Es muy popular entre los londinenses, el otro día pude comprobar que incluso entre semana hay bastante gente por allí. Hasta había quien tomaba el sol en ropa interior en la orilla de los estanques, confirmando así la idea que tenemos en España de que los ingleses se despendolan en cuanto sale un poco el sol. La verdad es que viendo el día que hacía daban ganas de imitarles:


Después de estar un rato haciendo el vago en los Hampstead Ponds  decidí hacer algo de ejercicio y subir hasta Parliament Hill, desde donde se divisan unas estupendas vistas de Londres. La subida cuesta un poco, pero el panorama merece la pena:


Ahí arriba se estaba de lujo, así que me quedé un rato tomando el sol. Con la ropa puesta, eso sí. Después bajé hasta el otro conjunto de estanques (los Highgate Ponds), que queda al este del parque, para acabar saliendo otra vez por el oeste pero por un punto distinto al que usé para entrar. El Fog of World , que consume batería que da gusto pero es divertido de llevar, muestra que hice un recorrido en forma de lazo la mar de cuco:


Como curiosidad, la primera casa que me encontré al salir tenía una placa informando de que allí había vivido George Orwell. Desde luego tonto no era, porque el barrio es muy bonito:


Claro que, como suele pasar en todas partes, "bonito" va asociado a "caro". Creo que aquí con algo de esfuerzo podríamos pagar una carbonera, o un armario bajo la escalera, (je, como Harry Potter). En cierta ocasión vi este barrio descrito como "übercool, but very charming", resumiendo bastante bien la sensación que transmite. Hay bastante gente famosa que vive por la zona, incluyendo según dicen a Benedict Cumberbatch, quien en cierta entrevista respondió a la pregunta "Home is..." con "...near Hampstead Heath". No, Marta, no me lo crucé, y eso que anduve con ojo. Pena.

Como se puede ver en la captura de pantalla del Fog of World , pese a que caminé bastante aún me queda mucho parque que recorrer. En fin, qué se le va a hacer... tendré que hacer el terrible esfuerzo de volver otro día ;)