En estos días he podido comprobar que en general me apaño bastante bien por aquí, aunque es cierto que lo de entender al personal depende de la zona de donde vengan. La semana pasada pude comprobar que entendía perfectamente al carpintero que vino a arreglar la ventana y al técnico del proveedor de Internet que nos instaló el cable. Sin embargo, al operador de la compañía eléctrica que nos cambió el contador sólo le entendía una palabra de cada dos, aunque por fortuna tampoco necesitó que le diera conversación. Y reconozco que tiré la toalla con la amable señorita que me llamó para darme la bienvenida de parte de mi nuevo operador de telefonía móvil. De todo lo que me contó saqué en limpio que me activaba la facturación electrónica, y que su servicio de atención al cliente está para lo que pueda necesitar. Pero vaya, igual le contraté algún servicio exótico e interesante sin saberlo... ya lo veremos cuando llegue la factura :P
Por último dejo un par de fotos que tomé el fin de semana pasado, que bajamos a Londres a hacernos miembros del British Museum. Aprovechando que hacía buen tiempo dimos una vuelta por una de mis zonas favoritas de la ciudad:
Luego dimos un paseo hasta Green Park, y al pasar por la zona de Leicester Square nos topamos con el M&Ms World London, que ni sabíamos que estaba allí. Nada menos que cuatro pisos dedicados a M&Ms, casi nada, quién iba a decir que estas pastillitas de colores daban para tanto. A mí no es que me apasionen, pero pasamos a la tienda por echar una ojeada, y casi tuvimos que salir de nuevo por la cantidad de gente que había. Así que sí, tienen éxito. Y sí, mein Mann salió de la tienda con una caja de M&Ms. Que no ha durado nada, por cierto.