miércoles, 16 de mayo de 2012

De libros: Sense and Sensibility, de Jane Austen

 

Aprovechando que el año pasado al fin completé mi colección de obras de Jane Austen en inglés, decidí releer las que ya conocía y poner en lista de espera las que me quedan, que si no recuerdo mal son Emma y Persuasion. En verano leí Northanger Abbey, que me gustó bastante, y la semana pasada terminé Sense and Sensibility. La edición que tengo es la de Penguin Classics con comentarios, que vienen bien a la hora de situarse en la sociedad de principios del siglo XIX (la primera edición se publicó en 1811).

La novela nos habla de la familia Dashwood, y en concreto de las dos hijas mayores, Elinor y Marianne. Elinor es juiciosa y comedida, el modelo de mujer de la época, mientras que Marianne es totalmente opuesta: extravagante, espontánea y sin respeto por las convenciones sociales. Ambas vivirán dos historias de amor y desengaño muy parecidas y reaccionarán de maneras distintas dadas sus diferentes personalidades.

La historia es bastante simple, pero resulta fascinante por el retrato que Austen hace de la sociedad de entonces a través de estas dos hermanas y de los personajes que las rodean: la señora Dashwood, encantada de que sus hijas tengan perspectivas de casarse con alguien de clase alta, el tímido Edward Ferrars, el serio y educado coronel Brandon, enamorado perdidamente y sin esperanza de Marianne, quien sólo tiene ojos para el encantador Willoughby... Cuando leo a Jane Austen tengo que recordarme que lo que tengo entre manos fue escrito hace 200 años, porque es difícil no sentir como algo actual la sátira y el ingenio que se desprenden de sus personajes. Se trata de arquetipos que siguen siendo válidos hoy día, como demuestra este párrafo que acabo de seleccionar al azar de la edición en español. ¿Quién no se ha encontrado en esta situación?

"(...) No faltó, sin embargo, la conversación, porque sir John era muy locuaz y lady Middleton había tenido la sabia precaución de llevar con ella a su hijo mayor, un guapo muchachito de alrededor de seis años cuya presencia ofreció en todo momento un tema al que recurrir en caso de extrema urgencia. Debieron indagar su nombre y edad, admirar su apostura y hacerle preguntas, que su madre contestaba por él mientras él se mantenía pegado a ella con la cabeza gacha, para gran sorpresa de su señoría, que se extrañaba de que fuera tan tímido ante los extraños cuando en casa podía hacer bastante ruido. En todas las visitas formales debiera haber un niño, a manera de seguro para la conversación. En el caso actual, tomó diez minutos decidir si el niño se parecía más al padre o a la madre, y en qué cosa en especial se parecía a cada uno; porque, por supuesto, todos discrepaban y cada uno se manifestaba estupefacto ante la opinión de los demás."

Sobre el estilo, yo diría que no es tan difícil como se podría esperar, aunque tampoco es como leer a Dan Brown. A ratos se hace cuesta arriba, sobre todo los párrafos largos en los que es fácil perder el hilo, o cuando usa grafías distintas a las actuales (como el verbo shew en lugar de show). Pero si es posible, es una gozada leer el original. Lo recomiendo para cualquiera a quien le gusten las historias de época, o románticas, o las dos cosas :)

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